El capazo en el carro

Cuando llega el momento de ir a las tiendas especializadas de puericultura para empezar a ver las cosas que el bebé necesita, es muy común empezar por el carro. La mayor parte de los padres dedican más tiempo a elegir el carro que a todos los demás artículos juntos, incluidas cosas tan importantes como la silla de auto o el colchón de la cuna, en el que el bebé pasará muchas horas. No pretendemos reñirte si eres de esos papás o mamás que han pasado horas viendo últimos modelos de carros, viendo diferencias entre el modelo de este año respecto a ediciones anteriores. Todo se afronta con ilusión y quieres el carro más bonito para tu bebé, pero no siempre el carro más bonito es la mejor opción.

Te sorprenderá que en la mayor parte de las tiendas es el capazo lo que está expuesto, y en ocasiones las sillas ni te las enseñan. No olvides que a pesar de ello, es la silla de tu carro lo que más usarás, y por tanto no salgas de la tienda sin ver también las prestaciones de la silla, que será un elemento que te acompañarán a ti y a tu bebé durante muchos meses. No pases al niño de forma precipitada a la silla, y cuando tomes esta decisión (que puede ser a los 6 meses, un poco antes o un poco después, dependiendo de cada bebé y de su desarrollo), que tu bebé sea capaz de controlar su cabeza. No lo fuerces a pasarlo a una posición reclinada como la de la silla si el bebé no está preparado, y para saberlo prueba a sentarlo y sujétalo de la cadera. Si se mantiene y aguanta su columna, puedes pasarlo de forma progresiva a la silla; y si tienes dudas, nadie mejor que tu pediatra para aconsejarte. Puesto que has ido a ver carros y el capazo es la pieza en la que tu bebé irá de paseo en sus primeros meses de vida, permítenos que te acompañemos en esa visita y te demos consejos para la mejor elección del carro, desde el punto de vista del capazo. 

El capazo debe ser cómodo, amplio y ligero. Piensa que el niño estará muchas horas en su interior, y será su mundo. Aún tiene la capacidad de movimiento muy limitada y sus sentidos aún no están desarrollados para percibir muchos de los estímulos exteriores.

La capota debe ser extensible para regular su exposición al sol, y para controlar el frescor o las corrientes de aire. Una capota extensible es ideal para protegerlo del sol cuando está extendida, pero también para que reciba algo de luz solar, también beneficioso para la salud pues participa activamente en la síntesis de vitamina D. Sin olvidar además que protege del frío y de la lluvia.

Los textiles deben ser transpirables, más importante si cabe si vives en una zona con clima cálido o si el bebé va a estar en el capazo durante los meses de verano, según su fecha de nacimiento. Nos sirve esta última consideración para recordar a todos los padres de forma general, que la elección de muchas de las cosas que el bebé necesita depende de la estación y de la zona geográfica en la que el niño nace. Te insistimos en que no pretendemos decirte que no importa la estética, pero no es lo mismo un niño que nace en junio en Sevilla, que un niño que nace en noviembre en Teruel: que los criterios estéticos no te lleven a la elección de un textil no apropiado. Existen también muchos textiles con tratamientos antialérgicos. Cobra esto especial importancia en la actualidad, en la que las alergias a determinados materiales se traducen en problemas dermatológicos duraderos. Por último mencionar a colación a este tema, se ha puesto muy de moda últimamente, por parte de algunas marcas, que la capota del capazo tenga protección UV con factor de protección SPF mayor de 30. Piensa realmente que si la capota la llevas abierta y el niño está a la sombra, ¿para qué necesitas que el textil tenga protección solar? Deja todo lo que tengas que saber sobre los factores de protección para cuando empieces a usar cremas de protección pediátrica, y pon en duda la eficacia de una etiqueta en la capota con la indicación SPF30 ó SP50, porque obedece más a criterios de marketing que a la realidad.

Desde el punto de vista práctico, fíjate bien, y si tienes dudas pregúntalo en la tienda, en que los textiles de tu capazo, en especial los interiores sean lavables. Un bebé recién nacido tiene tendencia a mancharse, tanto por pequeños vómitos como al hacer sus necesidades. Un textil desenfundable y lavable te facilitará mucho la vida.

Existen capazos rígidos y otros que no lo son, siendo estos últimos los propios de unos carros muy prácticos que se denominan convertibles. En ambos casos es necesario que el capazo lleve un colchón, y dado que tu bebé estará boca arriba, la importancia de este es aún mayor en lo relativo a la firmeza y calidad. El colchón debe ser transpirable y debes tener en cuenta también su textura y calidad para evitar en la medida de lo posible la deformación craneal conocida como plagiocefalia, o cabeza plana. Esto supone un aumento en el precio del mismo, con lo cual debes valorar si la duración del capazo realmente merece la pena. Si el niño tiene reflujo o el pediatra por otro motivo te indica que incorpores un poco al niño, existen formas más económicas de conseguirlo, por ejemplo usando una cuña especial de inclinación que te permitirá que tu bebé vaya más incorporado y ya con más capacidad de movimiento y con más posibilidad de ir observando el mundo que se abre ante sus ojos.

En definitiva, el capazo a pesar de ser una pieza de uso efímero, es una pieza fundamental en el desarrollo de los primeros meses de la vida de tu hijo, es confort, salud y descanso para él y con una adecuada elección serás la mamá o el papá más feliz del mundo.