La importancia del suelo pélvico.

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mujer acudiendo a consulta ginecólogaDesde hace ya unos cuantos años, se ha desmitificado la idea que habla sobre que, cuanto menos entrenado esté el suelo pélvico, más se facilita el parto. Ahora ya es conocido por una gran mayoría que el entrenamiento del suelo pélvico tiene como objetivo enseñar a las mujeres cómo controlar el movimiento de sus cuerpos. Así, una madre en proceso, puede relajar o tensar su musculatura durante el proceso del parto.

Una vez ocurrido el nacimiento del bebé, es el momento en el cual hay que cuidar más el suelo pélvico. Este factor es decisivo para una pronta y correcta recuperación del canal del parto, que sufre mucho durante el proceso de parto. Si bien es cierto que ya sabemos unas cuantas cosas acerca de este conjunto de músculos, aún es muy común afirmar que la forma de ejercitarlo es apretando y soltando el esfínter. Como cada mujer es un mundo, cada una debe aprender a escuchar su cuerpo, interpretar lo que dice y sentir lo que es realmente el suelo pélvico.

El primer paso de todos es saber qué es el suelo pélvico exactamente, qué función tiene, y donde se aloja. El suelo pélvico es un conjunto de tres capas musculares que se encuentran en la base de la pelvis, y tiene como principal función sostener las vísceras del abdomen y la pelvis. Todo ello está, además, conectado directamente con los músculos del abdomen y la espalda. Así, entendemos que el suelo pélvico actúa a modo de corsé, junto al resto de conjunto de músculos que forman el sistema core: el abdomen, el diafragma, los oblicuos, la musculatura lumbar y el suelo pélvico. Nuestro músculo protagonista de hoy es como otro cualquiera, necesita de un entrenamiento para no debilitarse, ya que de no hacerlo, podemos sufrir una serie de consecuencias, como por ejemplo la incontinencia urinaria en momentos de esfuerzo como un estornudo o un ataque de risa, dolores en la zona de la espalda, dificultades durante las relaciones sexuales, o prolapso (desplazamiento de los órganos intraabdominales),  entre otros sucesos. 

Y la pregunta es, ¿Cuándo debemos comenzar a ejercitar nuestro suelo pélvico? La respuesta ideal sería comenzar a entrenarlo en el momento de conocer su existencia, como cualquier otro músculo. Sin embargo, en materia cultural, hablar sobre la autoexploración genital es un tema tabú. Así pues, lo habitual es comenzar a entrenar el suelo pélvico previo al momento del parto, es decir, durante el periodo de gestación. El control del suelo pélvico supone que, a la hora de enfrentarse al parto, se tiene la capacidad de ayudar al bebé en el proceso, pudiendo contraer o relajar los músculos a voluntad. Si no conocías su existencia, o bien sabías de ello pero no sabes cómo se ejercita, no te preocupes. Por norma general, las mujeres aprenden a controlar el suelo pélvico a través de cursos que imparten expertos en obstetricia, con el objetivo de reducir el máximo posible el riesgo de incontinencia postparto.

Durante la fase final del proceso de parto, el suelo pélvico sufre grandes picos de presión originada por la cabeza del bebé que intenta abrirse camino y poder salir, y ello provoca que el suelo pélvico ceda. En el caso que la mujer que se encuentre dando a luz tenga un buen entrenamiento del suelo pélvico, conseguirá ganar elasticidad. El hecho de poder conseguir relajar el músculo durante el proceso ayuda a reducir las lesiones. Es por ello que podemos, gracias al entrenamiento del suelo pélvico, reducir bajo mínimos la realización por parte de los profesionales sanitarios de la incisión perineal, que consiste en separar parte del suelo pélvico.

Una vez hemos pasado el proceso de dar a luz, entramos en el estado de puerperio, que son las dos semanas posteriores al momento del parto. En ese periodo, nuestro cuerpo está recuperándose de una revolución en el interior, y por ende también el suelo pélvico. Es por eso que recomendamos siempre prestar atención a los especialistas en la materia, ya que el útero está en proceso de contracción y va sanando paulatinamente. Aquellas mujeres que hayan pasado por la incisión perineal, o bien por el parto a través de cesárea, tendrán que tener especial cuidado en la recuperación, para que la herida pueda realizar correctamente el proceso de cicatrización. Es fundamental que durante las dos o tres primeras semanas de puerperio se conozca cuál es la mejor postura para el suelo pélvico y para la espalda estando de pie con el bebé. Como ya sabemos que cada mujer es un mundo, y que cada una tiene su proceso de recuperación, se puede comenzar tranquilamente con ejercicios de carácter suave para ir tonificando la musculatura profunda, la cual incluye, por ejemplo, ejercicios de respiración controlada. En cuanto una ya se sienta preparada, puede comenzar a intensificar los ejercicios. Cuanto más regular concurran estos entrenamientos, la recuperación de la fuerza anterior del suelo pélvico será antes. A la hora de intensificar estos ejercicios, debemos incluir también el conjunto de músculos abdominales y de la espalda, ya que trabajan conjuntamente en la retención de las vísceras. En el momento en el cual el tejido conjuntivo se recupere completamente, que habitualmente suele ser sobre la sexta semana postparto, se puede empezar a realizar entrenamientos más completos y exigentes, que incluya todas las áreas musculares. 

womens doing exercices

La importancia del entrenamiento del suelo pélvico va más allá del presente. Los beneficios de la ejecución de ejercicios enfocados al suelo pélvico reducen drásticamente problemas urinarios, sexuales y demás pasando la edad avanzada, por lo que, aunque se piense que no tenemos tiempo para realizar este tipo de ejercicios, recomendamos sacar un hueco para, al menos, recibir consejos y pautas por parte de profesionales a través de cursos de preparación al parto. Luego, sabiendo la metodología de la rutina de ejercicios, puedes seguir haciéndolo en casa.

3 generaciones de la mano

Para terminar, nos gustaría insistir en la importancia de un suelo pélvico fortalecido, ya no sólo por parte de las mujeres que quieran ser mamá, sino también aquellas que quieran asegurarse una madurez libre de “escapes” y una salud sexual impecable. Si, en el caso que se haya perdido elasticidad en el suelo pélvico, y a pesar del entrenamiento no mejora, recomendamos la consulta con un especialista. ¿Tienes alguna experiencia con respecto a la temática de hoy? Si quieres dar tu opinión, déjanos un comentario en este artículo, y comparte conocimientos con otros lectores Asalvo.

 

 

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